Ya pasó más de una semana y todavía no fui a buscar la cubierta a la fiscalía. Lo que sí hice fue empezar el gimnasio. Bien, después del intento fallido de la semana pasada de comenzar a sudar todo eso que sobra y acabar pasando la noche en una comisaría, he logrado empujarme hasta el santuario de la buena salud y tener mi primer “sesión” gimnástica.
Antes del relato, quisiera hacer un pequeño paréntesis y comentar que después de publicada la crónica anterior, las amenazas no se hicieron esperar. Uno de los delegados de la APG (Asociación Protectora de Gimnasios), me acusó en un comentario, de desprestigiar la profesión. Lo único que tengo para decirle es: Usted miente.
“Esto puedo hacerlo en casa”
Esa mañana, por primera vez en mucho tiempo, me levanté temprano y cambie el mate amargo de todos los días, por cereal. Si iba a empezar la búsqueda que fuera a lo grande. Admito que apenas agarré la caja me sentí más fuerte, saludable, un deportista.
Iba vestido para la ocasión, pantaloncillos azules de Boca y una remera adidas retro, pero de las retro originales, esas que cuando se hicieron allá por el ´95 eran el último grito de la moda.
Volqué el contenido en un tazón con leche y a la mesa. Mientras me propinaba abundantes cucharadas apareció mi hermana con cara de dormida, me miró y negando con la cabeza siguió viaje a la cocina. Ni me inmuté, cuando uno come cereal está serio y mira hacia un punto fijo adelante.
Con el mate es distinto, si uno ve levantarse a alguien le ceba uno, el primero de la mañana, un mimo al que recién amanece. Con el cereal esto no se puede. Imagínense si yo le hubiera ofrecido a mi hermana de ese plato mezcla de leche y pedazos de maíz, que desde la cuchara volvían a caer al plato…no es forma de empezar el día.
Ya desayunado era el momento de la verdad. Emprendí camino hacia el lugar en cuestión, ubicado a dos cuadras de casa, llegué y el primer golpe fue al medio del rostro, había subido la cuota. Aprovecho de paso para decirle al de la Asociación Protectora, que si tanto hacen por la salud, hagan un convenio con alguna obra social, así me reintegra, porque cada vez son más caros.
Acepté pagar y la chica que atendía me pidió los datos (¡Dios!, ¡esto otra vez no!). Acto seguido se me presenta “El Profe” (en esta nunca mejor llamada “profe”sión, todos son “El Profe”) que me mira y me dice “Apareció el fantasma de Canterville”. Demás está decir que esta no era la primera vez que yo reincidía en la dificultosa cruzada. Respondí con una sonrisa a la ocurrencia.
Comencé con una clásica entrada en calor, colchoneta en mano me busqué un rinconcito apartado y me puse a hacer la primer serie de abdominales de las tres que me habían encomendado. Mientras la hacía pensaba, “esto lo puedo hacer en mi casa”, siempre pienso lo mismo en el gimnasio, especialmente si ese día pagué la cuota (y si además subió ni les cuento).
Después de la primer serie de 20 fui a tomar agua, cerca de la máquina expendedora un tipo sufría levantando no sé cuántos kilos, se estrujaba todo y cuando terminaba se miraba satisfecho los brazos (sin comentarios).
Cuando volví a mi rinconcito, una señora con total impunidad me había robado la colchoneta. Obviamente no le dije nada, lo único que me faltaba, que me llevaran a erradicar una denuncia por robo calificado de colchoneta, ya había tenido bastante de eso. Además a la mujer se la veía feliz revolcándose.
Fue cuando me dispuse a buscar una nueva, que vino el segundo golpe. Se habían agotado. Entre la mujer contorsionista y un muchacho que tenía un somier de colchoneta en el que se lo veía muy cómodo, se había acabado el stock. “Que miseria…tres colchonetas” diría Brandoni.
Bien, me recuperé rápido del segundo golpe, busqué un nuevo rincón apartado y terminé el encargo de abdominales tirado en el piso. Ahora más que antes, sin colchoneta, pensaba: “esto podría estar haciéndolo en mi casa”.
Terminado el primer calentamiento pasé a mi segundo ejercicio. El profe me subió a la cinta y a correr se ha dicho. En frente tenía un espejo estratégicamente ubicado, que me recordaba constantemente por qué estaba ahí.
Debo decir sobre el profe, que afortunadamente no era uno de esos robots que suelen atender los gimnasios. Era un tipo de contextura mediana, aunque esto suene muy subjetivo, digamos que era “normal”.
Considero importante hacer esta aclaración sobre “el profe” porque en alguna oportunidad ya me había encontrado con el otro tipo de profes, llamémoslos “profes robots”. Y estos definitivamente no entran en mi subjetiva categoría de lo “normal”.
Algunas características:
-El profe robot pretenderá fingir desde el primer día que es nuestro mejor amigo (señor, apenas me conoce).
-Está totalmente convencido de que nosotros queremos ser como él (No).
-Se considera un imán sexual para todas las mujeres que frecuenten el lugar y actúa frente a ellas como tal.
-Los temas por excelencia de los que nos habla son: fútbol en particular, deportes en general, mujeres en particular, mujeres en general, mujeres del gimnasio, otras mujeres, más mujeres, historias de él con mujeres, historias de él con mujeres del gimnasio, historias de él con vaya a saber qué mujeres… y así.
Volvamos a mi profe que afortunadamente no entra en la categoría anterior y a mí que sigo subido a la cinta (que también pienso podría hacerlo en otro lado y sin pagar).
De la cinta pasé a la bicicleta, al lado la tenía a la señora de la colchoneta que ahora me miraba y me sonreía, hoy puedo contar que se llama Dora, y apenas la vi sonreír, supe que se me iba a poner a hablar.
-¿Empezaste hoy?
-Sí
A partir de ese inocente “Sí”, Dora comenzó con un monólogo que se extendió durante los 15 minutos de bici. Pasó en su relato por la visita al médico que le había encargado empezar el gimnasio, los problemas renales que arrastran ella y su hermana como herencia familiar, el sentimiento de libertad que le producía la actividad física y que a su marido no lo había podido convencer para que fuera. Mientras tanto yo pensaba no sólo que en casa tengo bici y podría estar haciendo lo mismo sin pagar, sino que además en mi bici no la tengo a Dora.
Terminada la parte de pedaleo, vinieron las pesas. Primero hice con dos pequeñas lo que en la ciencia gimnástica denominan “vuelos laterales” y algunos otros similares que me resultaron simples. La crisis entró cuando llegó el tema del “pecho plano” (como verán ya manejo las denominaciones).
Para quienes no lo tengan presente, el ejercicio consiste en acostarse y levantar repetidas veces una barra con varios kilos de cada lado. En mi caso los Kg no eran varios, sino más bien pocos, pero entendamos que era el primer día y convengamos que yo no estoy en forma.
Lo que me impulsaba creo a levantar el peso era más el pánico a morir aplastado por la barra y que Dora saliera hablando en el noticiero del mediodía de que pocos minutos antes de mi muerte había hablado conmigo de sus problemas renales, que las ganas de terminar la rutina.
Ahora pensaba: “esto definitivamente no podría estar haciéndolo en mí casa, pero podría estar mirando televisión”.
Ese día no hice mucho más en el gimnasio, pero esto de buscar Pepper Land me está doliendo. Ah!!! antes de terminar, le quiero decir al de la asociación protectora que cuando volví a casa me miré al espejo y ya le aviso que si esto sigue así le voy a hacer una demanda por mala praxis a usted y a toda su institución.
Para la semana que viene el plan es ir a todos los médicos que tengo pendientes (desde hace meses e incluso años), y que son:
-Dentista
-Traumatólogo porque con el gimnasio me empezaron a doler las hernias
-De la piel por una alergia
-Nutricionista porque esto no da para más
-Nefrólogo para controlar un quiste
-Alguno que me diga qué es el huevo que me salió en la mano.
Antes del relato, quisiera hacer un pequeño paréntesis y comentar que después de publicada la crónica anterior, las amenazas no se hicieron esperar. Uno de los delegados de la APG (Asociación Protectora de Gimnasios), me acusó en un comentario, de desprestigiar la profesión. Lo único que tengo para decirle es: Usted miente.
“Esto puedo hacerlo en casa”
Esa mañana, por primera vez en mucho tiempo, me levanté temprano y cambie el mate amargo de todos los días, por cereal. Si iba a empezar la búsqueda que fuera a lo grande. Admito que apenas agarré la caja me sentí más fuerte, saludable, un deportista.
Iba vestido para la ocasión, pantaloncillos azules de Boca y una remera adidas retro, pero de las retro originales, esas que cuando se hicieron allá por el ´95 eran el último grito de la moda.
Volqué el contenido en un tazón con leche y a la mesa. Mientras me propinaba abundantes cucharadas apareció mi hermana con cara de dormida, me miró y negando con la cabeza siguió viaje a la cocina. Ni me inmuté, cuando uno come cereal está serio y mira hacia un punto fijo adelante.
Con el mate es distinto, si uno ve levantarse a alguien le ceba uno, el primero de la mañana, un mimo al que recién amanece. Con el cereal esto no se puede. Imagínense si yo le hubiera ofrecido a mi hermana de ese plato mezcla de leche y pedazos de maíz, que desde la cuchara volvían a caer al plato…no es forma de empezar el día.
Ya desayunado era el momento de la verdad. Emprendí camino hacia el lugar en cuestión, ubicado a dos cuadras de casa, llegué y el primer golpe fue al medio del rostro, había subido la cuota. Aprovecho de paso para decirle al de la Asociación Protectora, que si tanto hacen por la salud, hagan un convenio con alguna obra social, así me reintegra, porque cada vez son más caros.
Acepté pagar y la chica que atendía me pidió los datos (¡Dios!, ¡esto otra vez no!). Acto seguido se me presenta “El Profe” (en esta nunca mejor llamada “profe”sión, todos son “El Profe”) que me mira y me dice “Apareció el fantasma de Canterville”. Demás está decir que esta no era la primera vez que yo reincidía en la dificultosa cruzada. Respondí con una sonrisa a la ocurrencia.
Comencé con una clásica entrada en calor, colchoneta en mano me busqué un rinconcito apartado y me puse a hacer la primer serie de abdominales de las tres que me habían encomendado. Mientras la hacía pensaba, “esto lo puedo hacer en mi casa”, siempre pienso lo mismo en el gimnasio, especialmente si ese día pagué la cuota (y si además subió ni les cuento).
Después de la primer serie de 20 fui a tomar agua, cerca de la máquina expendedora un tipo sufría levantando no sé cuántos kilos, se estrujaba todo y cuando terminaba se miraba satisfecho los brazos (sin comentarios).
Cuando volví a mi rinconcito, una señora con total impunidad me había robado la colchoneta. Obviamente no le dije nada, lo único que me faltaba, que me llevaran a erradicar una denuncia por robo calificado de colchoneta, ya había tenido bastante de eso. Además a la mujer se la veía feliz revolcándose.
Fue cuando me dispuse a buscar una nueva, que vino el segundo golpe. Se habían agotado. Entre la mujer contorsionista y un muchacho que tenía un somier de colchoneta en el que se lo veía muy cómodo, se había acabado el stock. “Que miseria…tres colchonetas” diría Brandoni.
Bien, me recuperé rápido del segundo golpe, busqué un nuevo rincón apartado y terminé el encargo de abdominales tirado en el piso. Ahora más que antes, sin colchoneta, pensaba: “esto podría estar haciéndolo en mi casa”.
Terminado el primer calentamiento pasé a mi segundo ejercicio. El profe me subió a la cinta y a correr se ha dicho. En frente tenía un espejo estratégicamente ubicado, que me recordaba constantemente por qué estaba ahí.
Debo decir sobre el profe, que afortunadamente no era uno de esos robots que suelen atender los gimnasios. Era un tipo de contextura mediana, aunque esto suene muy subjetivo, digamos que era “normal”.
Considero importante hacer esta aclaración sobre “el profe” porque en alguna oportunidad ya me había encontrado con el otro tipo de profes, llamémoslos “profes robots”. Y estos definitivamente no entran en mi subjetiva categoría de lo “normal”.
Algunas características:
-El profe robot pretenderá fingir desde el primer día que es nuestro mejor amigo (señor, apenas me conoce).
-Está totalmente convencido de que nosotros queremos ser como él (No).
-Se considera un imán sexual para todas las mujeres que frecuenten el lugar y actúa frente a ellas como tal.
-Los temas por excelencia de los que nos habla son: fútbol en particular, deportes en general, mujeres en particular, mujeres en general, mujeres del gimnasio, otras mujeres, más mujeres, historias de él con mujeres, historias de él con mujeres del gimnasio, historias de él con vaya a saber qué mujeres… y así.
Volvamos a mi profe que afortunadamente no entra en la categoría anterior y a mí que sigo subido a la cinta (que también pienso podría hacerlo en otro lado y sin pagar).
De la cinta pasé a la bicicleta, al lado la tenía a la señora de la colchoneta que ahora me miraba y me sonreía, hoy puedo contar que se llama Dora, y apenas la vi sonreír, supe que se me iba a poner a hablar.
-¿Empezaste hoy?
-Sí
A partir de ese inocente “Sí”, Dora comenzó con un monólogo que se extendió durante los 15 minutos de bici. Pasó en su relato por la visita al médico que le había encargado empezar el gimnasio, los problemas renales que arrastran ella y su hermana como herencia familiar, el sentimiento de libertad que le producía la actividad física y que a su marido no lo había podido convencer para que fuera. Mientras tanto yo pensaba no sólo que en casa tengo bici y podría estar haciendo lo mismo sin pagar, sino que además en mi bici no la tengo a Dora.
Terminada la parte de pedaleo, vinieron las pesas. Primero hice con dos pequeñas lo que en la ciencia gimnástica denominan “vuelos laterales” y algunos otros similares que me resultaron simples. La crisis entró cuando llegó el tema del “pecho plano” (como verán ya manejo las denominaciones).
Para quienes no lo tengan presente, el ejercicio consiste en acostarse y levantar repetidas veces una barra con varios kilos de cada lado. En mi caso los Kg no eran varios, sino más bien pocos, pero entendamos que era el primer día y convengamos que yo no estoy en forma.
Lo que me impulsaba creo a levantar el peso era más el pánico a morir aplastado por la barra y que Dora saliera hablando en el noticiero del mediodía de que pocos minutos antes de mi muerte había hablado conmigo de sus problemas renales, que las ganas de terminar la rutina.
Ahora pensaba: “esto definitivamente no podría estar haciéndolo en mí casa, pero podría estar mirando televisión”.
Ese día no hice mucho más en el gimnasio, pero esto de buscar Pepper Land me está doliendo. Ah!!! antes de terminar, le quiero decir al de la asociación protectora que cuando volví a casa me miré al espejo y ya le aviso que si esto sigue así le voy a hacer una demanda por mala praxis a usted y a toda su institución.
Para la semana que viene el plan es ir a todos los médicos que tengo pendientes (desde hace meses e incluso años), y que son:
-Dentista
-Traumatólogo porque con el gimnasio me empezaron a doler las hernias
-De la piel por una alergia
-Nutricionista porque esto no da para más
-Nefrólogo para controlar un quiste
-Alguno que me diga qué es el huevo que me salió en la mano.
19 comentarios:
¡Ehhhhhhhhh! Soy el primero, por lo tanto me merezco un regalo. Muy bonita su crónica, querido Santander ("bastante crítico para tener apellido bancario" Dixit Luz)
Me pone feliz que su profesor no sea uno de los que llama "robot", de imaginármelos mascando chicle como rumiantes y todobronceados me hago un ovillo.
Abrazo y esperamos el próximo Pepperland.
Alejo!! Primero qe nada... FELICITACIONES, todo un adelanto haber ido a su sesión gimnástica, segundo, creo que la mayoría de los que no nos caracterizamos por deportistas, o por lo menos, por concurrir al gimnasio, el "Gran Día" que sería el de la determinación de ir.. tomamos yoghurt (en lo posible Ser), comemos cereales, verduras, frutas y tomamos agua... Aunque, sin intenciones de menospreciar tu actitud, a mí se me viene abajo el plan, a la semana! ja
Tercero, las características del Profe robot son realmente así... ahora, agregaría para concluir que son, sin generalizar, unos gomas! (Puede haber excepciones ehh... jeje)
Me reí mucho...sobre todo porque son una Dora en potencia... ajajja
Ahora sí... que se venga la 3º!!!!! Besos... (CelinaHarry)ja
(SOY una Dora en potencia)
Genial la crónica Ale!Muy graciosa, como siempre...te digo que me da miedo cruzarte y pensar en cómo me clasificarías!...Mientras no sea dentro de las "Doritas"!jajaja!
Espero la próxima al igual que Iván!
JULI
Indiana! puedo aportar mis experiencias cotidianas en el gym tb:
cosas molestas:
- Que te cambien los kilos de las máquinas cada dos por tres, ahí se te va mucho tiempo que podrías estar inviertiendo en hacer cosas más interesantes
- Hacer steps, a una se le viene a la cabeza la voz chillona de la Fulop diciendo: vamos mi katherinos!
- La música punchi punchi que te pasan, obviamente los temas más grasas están remixados en el super cd 100% gym (comprelo a solo 10 pesitos)
- Los términos similares: abductores y aductores, ya me da verguenza preguntar cuál es la diferencia. (Termino haciendo siempre lo más facil pero shh)
- El televisor lejos de la bici, que le hace recordar a uno que debería ir al oculista porque no ve los videographs de TN
- Loo babosos que miran cuando haces glúteos...te debo algo? por qué no miras a la barbie que está a tu derecha: impecable, vestida para matar. Flaca no estás en un boliche, estás en un gimnasio!(por cierto, hace muy buena pareja con el gomazo del profe robot, alias ken)
- El timer de la cinta que pasa muuuuy lento. Acaso los programan a propósito? Los minutos más largos de tu vida...
- Y finalmente el hasta mañana del profe... sisi seguro. Mañana le mando saludos a tu familia!!
Igualmente adelante con el gimnasio que a la larga se ven los frutos (es como practicar en el pókerstart)y con las crónicas.
Me hiciste reir mucho, espero la próxima!
un beso
Alejo!
Aqui su alumno de textos 1 y 2 comentando su 2da crónica.
Me gustó más que la primera, el primer dia de gimnasio es tan especial que hasta merece un libro más que una cronica! (?)
Un par de cosas para defender:
- El cereal con leche es riquisimo!!! Y además no te ensucia los dientes como el mate
- 3 colchonetas mugrientas??? Y pagas caro, anda a otro gimnasio...
- Si bien los abdominales podrias hacerlo en tu casa, nunca lo vas a hacer, porque en tu casa falta es ambiente gimnastico que solo en el GYM hay. Todos haciendo lo mismo te motivan a hacerlo.
- Y los espejos no estan para que pienses cuanto tenes que cambiar, sino xq es más comodo hacer algunos ejercicios mirando su reflejo para hacerlo mejor
Gracias a Dios nunca tuve un profe robot!
Un abrazo!!
Nos vemos en la facu
XD
Estimado senor santander:
como presidente de la asociacion protectora de gimnasios tengo varios puntos para objetarle.
1) sus hernias no lo duelen por empezar el gimnasio, le duelen porque su espalda no esta acostumbrada a moverse, le falta fuerza en la zona media y carga con un lastre que no hace mas que perjudicarlo dia a dia.
2)una cosa muy importante que la gente por ahi no entiende es la diferencia entre ir al gimnasio y entrenar. con ir al gimnasio 3 veces por semana no vas a bajar la panza, no vas a ser super musculoso, no vas a tener el culo de pampita, nada de nada. para lograr resultados hay que entrenar en serio, lease hacer sacrificios y a la gente no le gusta hacer sacrificios.
perdi la cuenta)ya este ano (no tiene enie el teclado) le ofrecio encargarse bajo mis servicios pero usted alego falta de animo. cuando quiera le ofrezco entrenar bajo mis ordenes.
por ultimo quiero decir que a pesar de haber tomado el rotulo de presidente de la APG quiero decir que odio los gimnasios comerciales, que son el cancer de nuestra profesion, pero que en definitiva son ustedes los clientes los que compran ese servicio. porque tranquilamente se puede entrenar sin la super cintas o la maquinas con luces y musica, pero si son ustedes los clientes los que se quejan los que compran esas boludeces. las cuotas suben para comprar esas boludeces no cosas para entrenar en serio.
como comentario final deja la frase "para todo en la vida se necesita sacrificio, incluso para hacer crecer los biceps y parar los gluteos
Estimado Santander, luego de leer minuciosamente su segunda crónica, eh confirmado lo “nefasto” (sin ánimo de ofender a la APG) que resulta concurrir al gimnasio. Ha logrado describir de una manera totalmente empírica lo absurdo que, en ocasiones, se torna esta práctica en búsqueda de la “belleza física” o el “bienestar espiritual”. Déjese de joder y gratarola, en un terrenito, convertimos a 4 buzos en dos arcos y jugamos al fútbol. ¿Qué mejor? Se divierte y de paso transpira un poco.
Sin otro particular, saludo a usted muy atentamente.
La APG ya esta ofendida y va a presentar un recurso de amparo para cerrar este blog que continuamente esta difamando nuestra gloriosa profesion.
Sin mas saluda atte.
Sr Presidente Asociacion Protectora de Gimnasios
Antes que nada, excelente relato,propio de un avezado escritor. Por consiguiente, esperaré con impaciencia la próxima narración de tus avatares cotidianos.
En cuanto a la polémica sucitada por el estereotipo de "profe robot", tuve uno pero no en uno de esos recintos dedicados a modelar figuras, era dt de un equipo de fútbol. Él tipo era un fiel reflejo de lo que describe Alejo y para colmo ponía sobrenombres horribles a todos, cuyo inevitable resultado fue que uno de sus apodos me estigmatizó durante bastante tiempo.
Creo q se merecen un párrafo aparte las consideraciones de Gil y Gabriel. Asociense los 3 y escriban un libro. Hay tanta gente que no sabe ni las reglas ortográficas y las personas más capacitadas, muchas veces quedan relegadas en estas labores. ¡Marche un editor o dueño de una editorial urgente!
Por último, el aumento de la cuota demuestra que no sólo los estudiantes migrantes sufren la inflación que niega el Secretario de Comercio del Interior. Igual, recomendación: buscar buenos precios no cuesta tanto, a veces el lugar está más cerca de lo pensado. Abrazo y saludo cordialz
Querido Alejo: Me complace comunicarte que vos y tus cronicas están aunando a nuestra familia, ya que el pánfilo de mi hno merienda conmigo para leerme las crónicas. Por último ¿Que espacio tienen los tres mamíferos en Pepperland?, porque la verda hace mucho que no ensayamos....
Agus.M
Al señor presidente de la asociación de gimnasios:
Veo que ud ejercita casi todos sus músculos, hay uno importantísimo que no ejercita: a saber, el cerebro, donde se encuentra la que podríamos llamar "zona de la tolerancia".
No aceptar una crítica es tan necio como pensar que su rubro es excelente y que los mediocres son los demás.
Saludos,
Nicolás A. Musso
Estimado señor Nicolas A. Musso:
Como presidente de la APG voy a proceder a responderle.
Primero que nada usted sin conocer mi persona a establecido una conclusion sobre mis habitos fisicos, lo cual me parece apresurado. Segundo para llevar adelante mi profesion hay que ejercitarse el cerebro y mucho mas de lo que usted piensa, ya que en las ciencias medicas los conocimientos avanzan dia a dia. Por lo cual si uno quiere mantenerse actualizado tenes que estudiar durante todo tu vida laboral.
Por ultimo le aclaro, porque parece que no leyo mi mensaje original, yo no estoy a favor de los gimnasios comerciales; estoy en contra de la gente NECIA que se queja de estos gimnasios con profes robots y musica marchosa, pero que es la misma que los fomenta y que esta chocha porque va a olimpo o que se acuerda de su cuerpo solo en septiembre.
Como reflexion final señor Musso, no le temo a las criticas, pero a las criticas con fundamento no a las criticas vacias y sin contenido, solo por el hecho de llevar la contra. No lo gustan mis planteos defiendalos contra argumentando, no refiriendose a mi persona como alguien que no usa su cerebro o no acepta criticas. Demuestreme que existe algo mejor a mi pensamiento.
Cuando quieras charlamos y te demuestro que ejercito mas el cerebro de lo que vos pensas.
MATIBU
Estimado Señor "Matibu":
Antes que nada quería aclarar un par de puntos que surgieron al leer vuestro comentario.
1) Es cierto, no nos conocemos personalmente.
2) Es verdad, estudiar educación física implica un estudio exhaustivo de la anatomía y el funcionamiento del cuerpo humano.
3) Somos muchos los que puteamos por ese tipo de gimnasios. Además de que, en el caso del gimnasio al que yo solía concurrir, los profesores no eran de gran calidad (a la hora del seguimiento sobre todo), ponían música horrible de la cual incluso ellos se quejaban. Opté por llevarme auriculares.
Se preguntará vd. ¿y por qué no te fuiste a otro lado? Lamentablemente, el 90% de los gimnasios son así, y cuando uno busca un gimnasio por simple ejercitación física busca precio y ubicación. En las cercanías de los lugares donde suelo concurrir, y de mi barrio, son todos del estilo "comercial".
Si vd. conoce alguno que sea acorde a lo que ambos pensamos de los gimnasios, tenga a bien pasarme la dirección y el precio, que será bienvenido.
4) Si en algún momento se sintió ofendido le pido mis disculpas. Es cierto que respondió vd. desde el rol de Presidente de la Asociación de Gimnasios, sabrá vd. entonces mejor que cualquiera de nosotros de la nocividad de estos gimnasios, y en cuanto a mi referencia a la tolerancia, lo decía por lo siguiente:
a) Vd. tomó como ofensa el calificativo "profe robot". Es cierto que no todos los profesores de gimnasia lo son, pero es más común encontrar a estos señores que a profesores dignos, por el mismo motivo que vd. expresó, la "moda" de los "gimnasios comerciales". Esta moda se extendió a las piletas (de acquagym), de la cual huí por la forma en la que la profesora me trataba.
b) Lo que dije acerca del cerebro no era por pensar que es vd. un decerebrado, sino porque la tolerancia también se trabaja, y pedir un "recurso de amparo para cerrar este blog que continuamente esta difamando nuestra gloriosa profesion." es una clara muestra de intolerancia. Este blog no tiene como objetivo "difamar a vuestra gloriosa profesión", sino contar de una manera amena y tal vez cómica la forma en la que muchos sufrimos estos gimnasios comerciales, sin poder encontrar gimnasios más serios.
c) Es cierto que la referencia a la hernia y los dolores es por no estirar bien, todos cometemos ese error. Es ahí donde el profesor encargado tiene que hacer hincapié, enseñar la manera más efectiva de estirar y "exigir" un tiempo de estiramiento mínimo.
Repito la frase con la que inicié el cuarto punto: Si en algún momento se sintió ofendido le pido mis disculpas. No es mi intención difamar a vuestra gloriosa profesión, sino calmar los ánimos ante un comentario que resultó amenazante y fuera del espíritu fomentado por este blog.
Atte,
Nicolás A. Musso.
Bueno...no me quería meter, pero después de ver las últimas tres opiniones, me he dado cuenta de que esto se ha convertido en una pelea para ver quién lo tiene más grande...el comenario, claro está.
Lo único que les voy a pedir al "Dios de Blah" y al "presidente de la APG" es que no se me pongan violentos en el blog, intercambien opiniones, puntos de vista, tdo bien...o batanse a duelo y que uno no cuente la historia.
Además si siguen así sus comentarios van a terminar siendo más largos que mis crónicas y me harían quedar mal.
jajajajaj, grosso Ale...
mi comentario fue con buena leche, o al menos esa fue la intención...
además si me bato termino mareado...
Estimado Nicolas: hay un par de puntos que me gustaria aclarar:
1)primero que nada lo del recurso de amparo no era en serio sino mas bien un chascarrillo para con el licenciado Santander.
2)Usted esta dispuesto a entrenar seriamente, no en pos de tener el cuerpo de un gladiador romano sino mas bien para saber cuales son los limites de su cuerpo-mente, hasta donde puede tolerar el cansancio y dolor de la activdad. O prefiere solamente hacer un poquito de activdad como para que la panza no aculume el 100% de la cerveza y picadas ingeridas en el fin de semana.
Esta preg se la hago para saber si usted corresponde a un gimnasio comercial o a un gimnasio de entrenamiento.
2)como este es un mundo en el que rige el dinero si o si se tiene que recurrir a lo comercial porque sino es dificil subsistir.
3)El elevado costo de las coutas tiene su correlato en el alto costo de compra y mantenimiento de las maquinas especialmente cintas; si sobre todo el altisimo consumo de energia electrica.
4)En cuanto a la atencion personalizada, le comento que es muy dificil controlar a 20 personas al mismo tiempo. Yo estoy a favor de los gimnasios por turnos, pero eso tiene como negativa el alto costo del abono, que vla mitad de la gente no estaria dispuesta a pagar ya que no les interesa un entrenamiento serio.
5)Le recomiento el gimnasio ATHLON 62 entre 5 y 6
6)creo que el señor Santander deberia hacerse cargo como periodista de canal 9 por la cyber violencia que genera su blog, ya que esto podria traer consecuencias desagradables que el mismo deberia cubrir para su noticiero.
7)Señor Santander no le haga mas encuentas tendenciosas al señor Hernan "IVI" Perez a las 8 AM.
Saludos a todos
MATIBU
Asociacion Protectora de Gimnasios
Me siento un tarado por no haber entendido el chiste señor Matibú, pido las disculpas del caso y retiro lo dicho anteriormente.
Saludos,
Nicolás
Jaaaa Muy buenoo!! Me reí muchísimo!! Felicitaciones por el blog, muy bueno escribiendo!!!! :)
PD: Desayuno a diario leche con cereal.... y mate... muy rico, lo recomiendo!! (y eso de que corrés aal baño es mito!! jeje)
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