martes, 14 de febrero de 2012

Segunda Crónica

Ya pasó más de una semana y todavía no fui a buscar la cubierta a la fiscalía. Lo que sí hice fue empezar el gimnasio. Bien, después del intento fallido de la semana pasada de comenzar a sudar todo eso que sobra y acabar pasando la noche en una comisaría, he logrado empujarme hasta el santuario de la buena salud y tener mi primer “sesión” gimnástica.

Antes del relato, quisiera hacer un pequeño paréntesis y comentar que después de publicada la crónica anterior, las amenazas no se hicieron esperar. Uno de los delegados de la APG (Asociación Protectora de Gimnasios), me acusó en un comentario, de desprestigiar la profesión. Lo único que tengo para decirle es: Usted miente.